En un vibrante encuentro, Tottenham realizó su mejor presentación de la temporada en el estadio nacional inglés, pero esto le fue insuficiente para doblegar a los dirigidos de Antonio Conte que acabaron el sueño de los Spurs con dos goles brillantes. La semifinal perdida nos entrega una serie de lecciones a futuro y la progresión del equipo dependerá de mantener el buen trabajo tanto dentro, como fuera del campo.
La semifinal del pasado sábado generó una gran ilusión en la hinchada Spurs alrededor de todo el mundo. El emparejamiento frente a Chelsea era la ocasión perfecta para demostrar de una buena vez la calidad competitiva de la joven plantilla de Mauricio Pochettino, acercarse a un título esquivo de hace más de 20 años, golpear psicológicamente al rival directo en la lugar por la Premier League y vengar alguna que otra deuda pendiente con los Blues. Y el inicio fue esperanzador, pese a ser batidos muy tempranamente con un impecable tiro libre de Willian, los Spurs volvieron al encuentro gracias a un cabezazo del Harry Kane, el rey de los derbys londinenses, tras una habilitación de Eriksen entre 7 rivales. Tras el empate, Tottenham manejó las acciones pero sin llegar a la red, algo que sí logró Chelsea tras el segundo tanto de Wiliian mediante un polémico penal de Son sobre Moses cerrando la primera parte con la ventaja de 2 a 1 de los Azules. En el segundo tiempo, la escuadra blanca reaccionó con celeridad mediante Eriksen, que gracias a un precioso pase largo generó la paridad de Dele Alli, el cual por fin ganó su duelo frente a David Luiz. Con la igualdad en el score, los Spurs repitieron el libreto de la primera mitad: Buscar y buscar, pero no concretar. Y lo que no se hace en un arco, se recibe en el propio. Los cambios de Hazard y Costa surgieron efecto, y Hazard y Matić marcaron con dos genialidades para entregar el pase a la final a los de oeste de Londres.
La caída frente a uno de los más detestados rivales ciudadanos mostró la mejor cara de Tottenham en Wembley en el presente curso, supo sobreponerse a estar abajo en el marcador en dos ocasiones, tuvo la capacidad de dominar el encuentro frente al mejor equipo de la Premier League e incluso ignoró con relativo éxito el pobre cometido del arbitro Martin Atkinson, aunque también podemos concluir que el equipo todavia es incapaz de cerrar los encuentros frente a equipos de jerarquía y en instancias claves, dejándolo un peldaño por bajo de los reales protagonistas de la temporada. También hay que poner el foco en las decisiones de la banca: ¿Fue correcto utilizar a Heung-Min Son como carrilero por izquierda? ¿Victor Wanyama estaba preparado competitivamente para este lance? ¿Fue adecuado modificar ingresar a Walker por Sonny, dejando a Trippier como lateral izquierdo con pierna cambiada? ¿Por qué relegar tan para el final el ingreso de Vincent Janssen? Las respuestas no cambiarán el resultado final y sólo servirán como caldo de cabeza para un debate entre los seguidores Lilywhite.
Tras la amarga eliminación, el desafió más cercano es mantener el stress competitivo en un plantel que poco a poco va a acostumbrándose a pelear frente a la élite, pero que debe estar sometido a situación críticas constantemente para aprender a equilibrarlas a su favor y coronar con una copa el esfuerzo de los últimos tres años. La persecución a Chelsea y cerrar su boleto para la próxima edición de la Liga de Campeones son las instancias perfecta para seguir en este proceso de maduración. Luego de esto, el crecimiento del club se deberán proteger desde las oficinas, evitando alguna posible salida de los jugadores importantes, y cuidando a la vez de no romper con el estricto limite salarial de la institución, respecto a esta temática Pochettino lanzó una dura advertencia a los posibles interesados en las perlas Spurs, señalando que cualquier comprador debe acercarse a las instalaciones del club y doblegar a Daniel Levy, conocido por ser un muy duro negociador. Finalmente los Lilywhite tienen la misión de finalizar la construcción de su flamante nuevo estadio y sortear la temporada de transición, que más tarde que nunca deberá enfrentarla nuevamente en el "maldito" Wembley, aunque personalmente creo que esta escuadra necesita ver enfrentado a instancias críticas y entre más pronto comience a utilizar Wembley, más veloz será el aprendizaje y crecimiento del plantel.
La pena aún se saborea, pero hay dos imágenes que causaron impacto en mí en los instantes finales del lance: El comentarista destacando tras el pitazo que este equipo está destinado a la gloria, ignorando por completo el triunfo rival, siendo una muestra de la importancia del gran trabajo de Pochettino, y como no destacar a los hinchas Spurs, cantando con pasión pese al marcador de 2 a 4, tal como entonaban el "Tottenham till i die" en Etihad hace unos años tras caer por 5 tantos, o igualmente a la noche en la cual Real Madrid nos eliminó en casa en la Champions de Bale, Van der Vaart y Redknapp, la esencia de este club siempre se mantendrá, independiente del resultado, con seguidores orgullosos de la identidad del institución, el 'Tottenham Way', y que tan bien han sabido llevar Daniel Levy, Mauricio Pochettino y este grupo de jugadores.
El sábado se cayó, pero este grupo sabe que es mejor fallar apuntado alto que tener éxito apuntando bajo, y estos chicos ya tienen, pese a cualquier resultado, su propio eco de gloria. Únicamente falta el paso final.