Una montaña rusa de emociones en la cancha el Burnley: Un rocoso rival que construyó muros de piedra frente a su pórtico, un Tottenham perdiendo efectivos con el transcurso de los minutos y los oportunos goles de Dier y Son que le dan un pequeño rayo de esperanza a los Spurs, aquella ilusión de poder torcer el destino de la actual Premier League.
Premier League
Jornada 30
Turf Moor, Burnley. 15:00 GMT
BURNLEY (0): Heaton (c); Lowton, Keane, Mee, Ward; Boyd (74' Brady), Barton, Hendrick, Arfield (79' Defour); Barnes, Gray (55' Vokes).
Subs: Robinson, Flanagan, Westwood, Tarkowski,
DT: Sean Dyche
TOTTENHAM (2): Lloris (c); Trippier, Dier, Alderweireld, Vertonghen, Davies; Wanyama (42' Dembele), Winks (45' Sissoko), Eriksen, Dele; Janssen (72' Son).
Subs: Vorm, Carter-Vickers, Walker, Nkoudou.
DT: Mauricio Pochettino
Arbitro: Stuart Atwell
Goles: 0-1 66' Eric Dier; 0-2 78' Heung-Min Son.
Expulsados: -
Amonestados: Burnley: Keane, Barnes. / Tottenham:
Incidencias: -
Pochettino ante la proximidad de 3 partidos en una semana, incluyó a Winks, Trippier y Janssen en el once inicial en detrimento de Dembele, Walker y Son (aunque también la ausencia del coreano se explica también por largo desplazamiento debido a las eliminatorias asiáticas), y el primer tiempo fue como ver un electrodoméstico de marca reconocida funcionando con repuestos alternativos: A veces puede funcionar la apuesta, pero en la mayoría de las veces no es así. Este Tottenham tiene un nombres claves en su funcionamiento: Rose y Walker generan la profundidad por las bandas, Dembele ayuda con la correcta salida del balón y Kane concreta todo el peligro. Y en la mitad inicial vimos muy poco de esas variantes, con sus reemplazantes incapaces de cubrir en su cabalidad las virtudes de los titulares, adicionalmente a esto las apuestas del rival, basadas en la solvencia defensiva y la búsqueda del gol mediante el juego directo, causaron que el ataque de los Spurs estuviera falto del brillo habitual y limitándose únicamente en un remate viboreante de Alderweireld, que fue lo más claro del primer episodio. Por su parte, los hombres de Dyche causaron daño con los centros a las espaldas de los defensores causando más de algún otro susto a Lloris. Pero la peor noticia del partido llegó en los minutos finales, con Wanyama y Winks saliendo por lesiones, incluso el joven canterano inglés abandonó el terreno siendo llevado en camilla y recibiendo oxígeno, bajo un marcador sin novedades.
En el complemento para reparar las averías en su sala de máquinas, Pochettino tuvo que recurrir al habitual Dembele y al relegado Sissoko. Este movimiento provocó que el sector central de la cancha tuviera menos marca y presencia defensiva, pero más empuje por técnica o fuerza, generando las primeras chances causadas por un combativo Janssen, quien aprovechando su fortaleza física comenzó a causar faltas cerca del arco rival y espacios para la llegada de sus compañeros, como Davies o Eriksen. En medio de estos manotazos de los Lilywhites, llegó la apertura de la cuenta por medio de un tiro de esquina de Eriksen, el cual quedó dando botes frente al arco y Eric Dier abrió la cuenta, gracias a un remate potente y alto, rompiendo las gargantas de los nerviosos hinchas en el estadio. El gol provocó una reacción en el local, más anímica que táctica y con pocos frutos tangibles, y en medio de la presión de los Clarets cayó la segunda cifra de Tottenham, por medio de Sonny, aprovechando una bola excelentemente servida por Dele Alli, dejando el partido cerrado, e incluso se pudieron ampliar las cifras por medio del mismo Son, Alli y Sissoko, pero estos marraron oportunidades increíbles, aunque esta displicencia no puso en peligro el gran triunfo de Tottenham.
Con este sufrido triunfo, Tottenham alcanzó las 62 unidades, recortando a siete puntos la distancia con el líder Chelsea, quien cayó en Stamford Bridge contra Crystal Palace por 1 a 2. El próximo juego de los Spurs será en Gales visitando a Swansea este miércoles 5, aunque con un ojo puesto en el reporte médico de los lesionados.
En resumen, las probabilidades de que Chelsea sea el campeón aún son muy altas, tal vez su celebración se postergará una semana, pero hoy, Tottenham ha encontrado una difusa luz de esperanza de cambiar el rumbo del campeonato, y justo en su fase decisiva, los de Pochettino demostraron que pondrán buen fútbol y mucho carácter para cambiar el destino de la Premier League 2016/17.
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